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Resiliencia. Nuestro recurso interior

Psicóloga - Carolina Muñoz

Publicado por Carolina Muñoz · Hace un momento ·


NUESTRO RECURSO INTERNO PARA SALIR ADELANTE ANTE LA ADVERSIDAD

Existen muchos estudios hechos desde hace tiempo sobre la Resiliencia, pero me gustaría contaros uno en particular, por ser pionero en esta materia y que me parece muy interesante para explicaros que es la Resiliencia. Cómo sabéis, los psicólogos tenemos una oscura tendencia a curiosear en el pasado de las personas, pues creo que debido a esta oscura tendencia que tenemos... dos psicólogas Emmy Werner y Ruth Smith, decidieron realizar un estudio, con 698 niños que habían nacido en 1955 en la isla de Kauai (Hawai) e indagaron sobre las circunstancias de su nacimientos, analizaron sus condiciones físicas, psicológicas y sociales en las que habían crecido, para seguir su desarrollo de cerca y de manera individual durante 40 años. ¡Cómo veis es un trabajo ímprobo!

Su hipótesis, ya sabéis que todo estudio necesita una hipótesis de partida que… ¡quiere ser ratificada! Pues su hipótesis, era que comparados los niños que nacían en condiciones seguras y saludables con aquellos que habían nacido en circunstancias de riesgo, como partos complicados, madres o niños abandonados, hogares azotados por la pobreza, el alcoholismo o la violencia, encontrarían que estos últimos, tenían más probabilidades de sufrir trastornos de aprendizaje, enfermedades físicas o mentales, delincuencia o problemas de relación en la edad adulta.

Después de estudiar a esa población, descubrieron que, de esos 698 niños, 201 niños habían sufrido cuatro o más de estos factores de riesgo en su desarrollo vital. Y de esos 201, efectivamente 129 sufrían ya en la adolescencia ciertos problemas de aprendizaje o comportamiento, y sus problemas no habían disminuido llegados a la cuarentena. Por lo tanto, parecía que, ¡se corroboraba la hipótesis! Mas o menos, ¿no? Porque... ¿Qué pasa con los 72 niños restantes? ¡72! ¡esto es un tercio de la población estudiada! Es bastante ¿no? Así que, debieron pensar que merecía la pena echar un vistazo por ahí y ver que había pasado… Estos 72 niños restantes, habían sacado sus bachilleratos sin problemas académicos ni de comportamiento y en el seguimiento posterior, llegados a la cuarentena, todos habían desarrollado vínculos afectivos sanos, eran trabajadores competentes y se sentían parte de una sociedad a la que también sentían contribuir. Las investigadoras dijeron, son "niños de oro", criaturas excepcionales, ¡héroes! Así que, de nuevo, este hallazgo se convirtió en objeto de estudio, había que saber que había pasado ahí, que diferenciaba a estos niños de los que no habían tenido la misma suerte...

Pues el descubrimiento que hicieron, a medida que iban estudiando sus casos individualmente, es que todos habían mantenido vínculos seguros, de apoyo y de afecto incondicional con alguna persona de su entorno. No tenían que ser necesariamente los padres, podía ser un abuelo, un profesor... o alguien del entorno que les había hecho sentir seguros y queridos incondicionalmente, que habían sido comprensivos con ellos, cariñosos y solidarios durante su infancia. Este descubrimiento fue muy importante porque lo que venía a decir es que un vínculo positivo en el desarrollo de estos niños les servía de palanca para desplegar una serie de herramientas para combatir la inestabilidad, la inseguridad, la pobreza, el abandono...

Y aquí es donde entra en escena por primera vez, el concepto de resiliencia, como una herramienta interna, para combatir las adversidades que la vida nos presenta, para combatir el desgaste ante todas estas situaciones que nos van minando poco a poco.

Este término, resiliencia, se recogió de la física. Pero la palabra viene del latín RESILO, que significa retirarse, retroceder y en física se utiliza para definir la capacidad que tienen ciertos materiales para volver a su estado original después de haber recibido una presión. Posteriormente, y a raíz de estudios como el que os he contado se adoptó este término al uso de las ciencias sociales, y se definió como la capacidad que tiene las personas para superar situaciones adversas y salir fortalecido.

Y me gustaría hacer hincapié en la última parte de la definición de resiliencia, salir fortalecido, porque no se trata solo de resistencia, es decir, no se trata de estar ahí aguantando, se trata de crecer, de aprender para cuando la vida nos dé un golpe, para saber responder la siguiente vez. Sólo aprendemos si la emoción está presente, si somos capaces de sentir, de enterarnos de lo nos está pasando, y esta es la única manera de salir fortalecido de un revés.

De media a lo largo de nuestra vida, cada uno de nosotros vamos a pasar por dos o tres adversidades inevitables, la ley de vida implica que sobrevivamos a nuestros padres, podemos vivir alguna enfermedad crónica personalmente o de alguien cercano, algún revés emocional como una ruptura dolorosa… un divorcio o incluso alguna catástrofe. Son situaciones a las que todos vamos a estar expuestos alguna vez en la vida. Pero… quiero hacer hincapié en que la mayoría de nosotros superamos estas adversidades y seguimos adelante. Muchas veces, cuando oímos historias como la de estos “niños de oro” pensamos que son héroes, que poca gente podría salir adelante como ellos, pero la realidad es que en nuestra vida todos nos enfrentamos a situaciones complicadas y la tendencia general es a salir adelante.

En un estudio realizado en la población de New York después de los atentados el 11S, se pudo constatar que los síntomas más comunes después de los atentados fueron ansiedad, estrés y depresión. En este estudio se concluyó que, a los 6 meses del atentado, quedaba menos del 1% de personas con daños postraumáticos.

¿Cómo era posible?

¿Qué habían hecho?

De alguna manera, todos contaron con alguna ayuda… Compartiendo con otros su experiencia, volviendo a la religión o la espiritualidad, participando en terapias grupales o haciendo donativos en causas afines.

Esto nos demuestra que dentro de nosotros hay algo que nos lleva a salir adelante, que nos lleva a buscar ayuda en otros, que necesitamos aprender a crear vínculos positivos con las personas de nuestro entorno para sentirnos apoyados y sacar lo mejor de nosotros mismos en estas situaciones difíciles.

Por todo esto, la resiliencia se ha convertido en objeto de estudio como una característica fundamental para sobreponerse a las adversidades que la vida nos pone delante, porque hemos descubierto que tenemos capacidades dentro de nosotros que nos ayudan a no rendirnos cuando las cosas están difíciles, que nos hacen adaptarnos a las nuevas circunstancias para salir adelante y luchar por nuestros objetivos.

Cuando enfrentamos algo por primera vez puede parecer que el mundo cae encima de nosotros, podemos tener sentimientos de indefensión, de que no vamos a poder, pero cuando vemos que podemos salir adelante que lo hemos conseguido, nuestra percepción cambia y empezamos a sentirnos capaces. El miedo es el principal enemigo de la resiliencia. El miedo nos paraliza, no nos deja pensar, nos contrae y nos hace pequeñitos.

Cuando nos enfrentamos a nuestros miedos, estos desaparecen.

No quiero decir que sea fácil y parte del trabajo del psicólogo es este: Ayudar a las personas a enfrentarse a sus miedos para hacerles sentir más capaces y que los superen. Esto no es fácil y lleva su tiempo.

¡¡Pedir ayuda es el primer paso!!

El Bambú es uno de los materiales más resilientes de la naturaleza


Bienvenidos al blog de Salud y Bienestar de Carolina Muñoz. Aquí vais encontrar contenidos de Psicología para poder aplicar a vuestra vida. Un espacio para la búsqueda del bienestar y el equilibrio.

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